#1 Bienvenidos a AJLA
Somos un medio de comunicación sobre arte judío latinoamericano. Y esto es solo el principio.
Por Fernando Milsztajn
Cuando tenía casi treinta pasaba mis días rodeado de amigos que llenaban de arte una casona del barrio porteño de Belgrano: el Club Cultural Matienzo. Yo organizaba un ciclo de cine en la terraza y una noche, Maia Minovich me propuso que invitara a otros a programar alguna función. Sentí que me estaban queriendo robar algo. Me preocupaba que cada película tuviera el nivel adecuado, que combinaran con la temática mensual, que las gacetillas tuvieran onda; así es que, después de negarme rotundamente, dormí como Frodo acariciando su anillo. My precious. Desperté incómodo, casi sucio, frente a la cruda realidad de que todas las áreas del club eran colaborativas menos el Ojo de Pez. Tal vez me había dejado seducir por la idea romántica de que el mejor arte es el autoral (y que mi ciclo de cine era arte). Evidentemente mi narcisismo impedía que me contagiara del espíritu abierto y colaborativo que ayudó a crecer a tantos artistas y espacios culturales.
Años después, fue Agustín Jais el que reflexionó que aquel club estaba repleto de judíos artistas, pero nunca nadie hablaba de judaísmo. Y sonaba extraño, porque incluso quienes habían creado Matienzo fueron antes piezas claves del movimiento juvenil de un templo. Era como si hubieran mudado su energía creativa a una casa, despojándola de judaísmo, pero esa tradición seguía latente, casi invisible, como El corazón delator, aquel cuento de Edgar Allan Poe.
Por eso cuando Agus y Maia me propusieron participar de AJLA sentí que era momento de redimirme poniéndome al servicio de un nuevo proyecto colectivo. Doblemente colectivo, porque sería colectivo de la colectividad. Esta vez el judaísmo no sería subtexto, ¡estaría en el título mismo de la organización! Y por más que la marquesina me asustara un poco (soy de los que dicen no soy TAN judío, y al mismo tiempo escribí una novela llena de ortodoxos), a las segundas oportunidades hay que aprovecharlas.
Así es que, a pesar del riesgo de las discusiones eternas para lograr consenso -ya sabemos el chiste de los dos judíos y las tres opiniones-, aquí estoy sumándome a la causa, porque sacaré buen material para el principal deporte kosher porteño: la terapia (que en mi caso es la ficción). Los invito a crear con nosotros una comunidad que tenga suficiente espacio para cada voz. Seremos plurales y personales, aunque suene a oxímoron, así mi ego se queda tranquilo.
Somos AJLA, un medio de comunicación independiente que busca consolidar una escena artística judía latinoamericana. Queremos visibilizar el talento de nuestra comunidad, porque hoy, gracias a la tecnología, los artistas tienen la incómoda responsabilidad del autobombo y es injusto que sean sus propios agentes de prensa. Pero, sobre todo, deseamos hermanarnos para sacudirnos ese complejo de inferioridad sudaca que nos lleva a mirar a Israel y Estados Unidos antes que a nuestros queridos vecinos latinos.
Entonces entrevistaremos a artistas, seremos recomendadores seriales (y de cine también), marcaremos agenda y repostearemos contenido, si resulta más barato. Porque después de los ataques del 7 de octubre, mientras Kanye West vende camisetas nazis en el Super Bowl, es necesario fomentar nuestra cultura para alejarnos del miedo. Los judíos, como los argentinos, amamos la autocrítica, pero cuando nos discriminan defendemos con orgullo nuestra identidad. Por eso si el antisemitismo está de moda, seremos contraculturales.
Y esto es tan solo la punta de lanza, porque nuestra misión es más grande: queremos articular una red de colaboración y generar oportunidades para impulsar la producción artística latina. Así que, si son millonarios, ¡escríbannos por DM! Les prometemos que pronto dejaremos de hablar de nosotros. Sin más preámbulo entonces, bienvenidos a AJLA.